¿Cómo manejar el enojo?


El enojo es una emoción humana, es muy común que los pacientes con cáncer y sus familiares lo experimenten en diferentes etapas de la enfermedad; sin embargo, fuera de control no es bueno para quienes se encuentren a su alrededor e incluso puede ser dañino para usted mismo. A continuación presentamos algunas estrategias que pueden ayudarle a controlarse:

Relajación: existen múltiples técnicas de relajación, una de éstas es respirar profundamente e imaginarse en un lugar tranquilo; sin embargo, si usted es un paciente con dificultad para respirar por el tratamiento o la enfermedad, no podrá utilizar esta técnica, por lo que deberá buscar alguna otra. Puede revisar la sección Ejercicio de relajación de esta página, en donde encontrará una alternativa más de relajación. Si su pareja es irascible como usted, sería una buena idea que ambos aprendieran estas técnicas.

Algunos pasos sencillos que puede hacer:

  • Respire profundamente, desde su diafragma. Respirar desde su pecho no lo relajará, imagine que su respiración sube desde su vientre, coloque su mano debajo del ombligo y sienta cómo se llena de aire.
  • Lentamente repita una palabra o frase tranquilizadora como "relájate" o "tómalo con calma". Repítala una y otra vez mientras respira profundamente.
  • Recurra a la imaginería; visualice una experiencia relajante sea de su memoria o imaginación.
  • Los ejercicios lentos y no extenuantes como el yoga pueden relajar sus músculos y hacer que se calme.
  • Practique estas técnicas a diario. Aprenda a usarlas siempre que se encuentre en una situación de tensión.

Reestructuración de sus ideas: dicho en pocas palabras, significa cambiar la forma en la que piensa. Las personas enojadas tienden a maldecir, a insultar y a percibir todo de una forma negativa. Cuando está enojado, sus ideas pueden volverse muy exageradas y demasiado dramáticas, intente reemplazar estos pensamientos por otros más razonables. Por ejemplo, en lugar de decirse, "Ay, es horrible, es terrible, se arruinó todo", dígase "es frustrante y es comprensible que esté disgustado pero no es el fin del mundo y enojarme no va a solucionarlo".

Tenga cuidado con las palabras "nunca" o "siempre" cuando habla sobre usted o sobre otra persona: "Esta máquina nunca funciona" o "Siempre te olvidas de las cosas" no sólo son irreales sino que además tienden a hacerlo sentir que su enojo está justificado y que no hay forma de resolver el problema, además de que distancian y humillan a las personas que de otro modo podrían estar dispuestas a trabajar con usted para hallar una solución.

Recuerde que enojarse no va a solucionar nada, que no lo hará sentir mejor y que, en realidad, puede hacerlo sentir peor. La lógica vence a la ira, porque la ira, incluso cuando es justificada, puede volverse rápidamente irracional. Por lo tanto, use la lógica fría para usted. Recuerde que el mundo no está en contra suyo, usted simplemente está experimentando algunos de los malos momentos de la vida cotidiana. Haga esto cada vez que sienta que la ira le está quitando lo mejor de usted, esto le ayudará a tener una perspectiva más equilibrada.

Las personas enojadas tienden a exigir justicia, valoración, acuerdo entre las partes y disposición para hacer las cosas a su manera. Todos deseamos estas cosas y nos sentimos lastimados y desilusionados cuando no las obtenemos; pero las personas enojadas las exigen y cuando sus exigencias no se cumplen, su desilusión se transforma en ira. Como parte de su reestructuración de ideas, debe tomar conciencia de su naturaleza exigente y convertir sus expectativas en deseos. En otras palabras, decir "me gustaría” es más sano que decir "exijo" o "debo tener". Cuando no puede obtener lo que desea, experimentará reacciones normales: frustración, desilusión, dolor, pero no ira. Algunas personas usan su ira como una forma de evitar sentirse heridas, pero eso no significa que el dolor desaparezca. Revise la sección ¡Cuidado con lo que piensas! de esta página, en donde encontrará más herramientas para el control de sus pensamientos.

Solución de problemas: a veces el enojo y la frustración son causados por problemas muy reales e inevitables en nuestras vidas, como el hecho de tener cáncer o que un ser querido lo tenga. No toda la ira está fuera de lugar, es normal que esta enfermedad le haga sentir enojado y con frecuencia es una respuesta sana y natural a estas dificultades. Algunas personas tienen una creencia cultural de que cada problema tiene una solución, y su frustración aumenta al descubrir que no siempre es así. La mejor actitud para superar dicha situación es concentrarse no tanto en hallar la solución sino en cómo manejar y enfrentar esta situación.

Trace un plan y verifique su progreso a medida que avanza. Las personas que tienen problemas con la planificación pueden encontrar una buena guía para organizarse o administrar el tiempo. Dé siempre lo mejor de usted mismo, y no se recrimine si la respuesta no surge de inmediato. Si puede abordar el problema con sus mejores intenciones y esfuerzo al hacer un intento serio para enfrentarlo directamente será menos probable que pierda la paciencia y que ceda a las ideas de todo o nada, aun cuando éste no se resuelva de inmediato.

Mejorar la comunicación: las personas enojadas tienden a sacar conclusiones y actuar en consecuencia y algunas de esas conclusiones pueden ser bastante extremas. Lo primero que debe hacer si está en una discusión acalorada es tranquilizarse y pensar sus respuestas, no diga lo primero que pase por su mente, tranquilícese y piense con cuidado lo que quiere decir. Al mismo tiempo, escuche con atención lo que está diciendo la otra persona y tómese su tiempo antes de responder.

Escuche también al trasfondo de la ira. Por ejemplo, supongamos que su médico le dice que tendrán que darle cinco ciclos más de quimioterapia, lo que implica internarse nuevamente y tener que conseguir más dinero; no ataque a su médico diciéndole que debió informarle con tiempo y que usted no está a su disposición; mejor trate de preguntarle al doctor qué fue lo que sucedió y escuche lo que él tiene que decir. Es natural ponerse a la defensiva ante ciertas situaciones, pero no se defienda; escuche el trasfondo de las palabras. Mantenerse tranquilo evitará que la situación se vuelva desastrosa.

Use el humor: el "humor tonto" puede ayudar a calmar la furia de varias formas. Por un lado, puede ayudarlo a tener una perspectiva más equilibrada. El mensaje subyacente de las personas que se enojan mucho es: "las cosas deben hacerse a mi manera". Las personas enojadas tienden a sentir que moralmente están en lo cierto, que cualquier cosa que bloquee o cambie sus planes es una humillación insoportable que NO deben tolerar; tal vez otras personas lo hagan, pero ellas no.

Hay dos advertencias para cuando use el humor: primero, no intente simplemente "reírse" de sus problemas; en cambio, use el humor para ayudarse a enfrentarlos de manera más constructiva. Segundo, no dé lugar al humor cruel y sarcástico; esa es otra forma de agresión no saludable. Lo que tienen en común estas técnicas es el rechazo a tomarse las cosas con demasiada seriedad. La ira es una emoción seria, pero a menudo está acompañada por ideas que, si se las analizan, pueden hacerlo reír.

Cambie su entorno: a veces es nuestro entorno inmediato el que causa irritación y furia. Los problemas y las responsabilidades pueden preocuparlo mucho y hacer que se sienta enojado por la situación en la que se encuentra a raíz de la enfermedad.

Dese un respiro, asegúrese de tener "tiempo personal" programado para los momentos del día que sabe que son especialmente estresantes, como ir al hospital. Por ejemplo: puede establecer una regla fija de que cuando llegue del hospital, los primeros 15 minutos deben ser un momento tranquilo. Con este breve respiro, se sentirá mejor preparado para manejar las exigencias de su familia sin que lo saquen de quicio.

Algunos consejos para tranquilizarse son:

Elegir el momento oportuno. Si usted y su pareja tienden a pelear cuando discuten asuntos por la noche, tal vez están cansados, distraídos, o simplemente es un hábito. Intente cambiar los momentos en que hablan sobre temas importantes de modo que esas conversaciones no se conviertan en discusiones.

Evasión: Si se enfurece cada vez que pasa por la habitación caótica de su hijo, cierre la puerta. No se obligue a ver lo que lo enfurece. No se diga "Bien, mi hijo debe limpiar su habitación para que yo no tenga que enojarme". Ese no es el punto, el punto es mantenerse calmado.

Buscar alternativas. Si su recorrido diario al trabajo en medio del tránsito lo deja en un estado de furia y frustración, cambie de plan. Tal vez podría buscar una ruta diferente, una que esté menos congestionada o sea más pintoresca, o incluso tomar el transporte público.

Busque apoyo psicológico: si bien es cierto que esta situación puede producir mucho enojo, también debe tomar en cuenta que hay muchas alternativas para que usted y su familia se sientan mejor, acérquese a los servicios gratuitos diseñados especialmente para usted y su familia, como la línea de  APOYO EMOCIONAL, llame de lunes a viernes de 9 de la mañana a 5 de la tarde al 54 85 85 84 o ingrese a nuestro CHAT, donde un psicooncólogo le atenderá.


Fuente: Asociación Americana de Psicología

http://www.apa.org/centrodeapoyo/estrategias.aspx


Creado: 2019-02-05 09:22:34
Última vez actualizado: 2019-07-02 16:03:33