Tratamiento: Cirugía - Cáncer Colorrectal


La cirugía es a menudo el principal tratamiento en etapas iniciales de la enfermedad.

Colectomía abierta: algunas veces es llamada hemicolectomía, colectomía parcial o resección segmentaria, en este procedimiento se extirpa parte del colon, así como los ganglios linfáticos adyacentes. Si se realiza a través de una sola incisión en el abdomen se le llama colectomía abierta.

El día antes de la intervención quirúrgica, probablemente se le darán instrucciones para vaciar completamente sus intestinos. Esto se hace mediante el uso de laxantes y enemas. Justo antes del procedimiento, le administrarán anestesia general, lo que le pondrá a dormir profundamente.

Durante este proceso, el cirujano le hará una incisión en el abdomen. Removerá la parte del colon que está dañada y un pequeño segmento de colon normal localizado a ambos lados de la enfermedad. Por lo general, se extirpa de un cuarto a un tercio del colon, aunque se puede remover más o menos dependiendo de la localización y el tamaño exacto del área afectada. Luego se reconectan las secciones restantes del colon. En este momento, también se extirpan los ganglios linfáticos adyacentes, la mayoría de los expertos creen que es importante la extirpación de tantos ganglios cercanos como sea posible (al menos 12).

Cuando usted despierte después del procedimiento, sentirá algo de dolor y probablemente necesitará medicamentos para controlarlo durante 2 ó 3 días. Durante los primeros días, se le administrarán líquidos por vía intravenosa, puede que durante este tiempo usted no pueda comer o que únicamente le permitan consumir algo de líquidos, ya que el colon necesita tiempo para recuperarse. No obstante, una resección de este órgano en raras ocasiones causa problemas importantes en las funciones digestivas, y usted podrá comer nuevamente después de unos días.

Es importante que esté tan saludable como sea posible para este tipo de procedimiento mayor, aunque en algunos casos una operación puede necesitarse inmediatamente, lo ideal es prepararse. Si el tumor es grande y ha bloqueado su colon, pudiera ser posible que el médico use un colonoscopio para colocar un tubo o “stent” (tubo hueco de metal o plástico) dentro de éste con el fin de mantenerlo abierto y aliviar el bloqueo por un corto periodo de tiempo, y ayudar a preparar a la persona para la intervención quirúrgica en los próximos días.

Si no es posible colocar un tubo o si el tumor ha causado un orificio en el colon, probablemente se necesite inmediatamente una operación. Por lo general, éste es el mismo tipo de operación que se realiza para remover el cáncer, pero en lugar de reconectar los segmentos del colon, el extremo de éste se adhiere a una abertura (estoma) en la piel del abdomen para eliminar los residuos fecales del cuerpo, a esto se le conoce como colostomía, y usualmente es temporal. En lugar de esto, a veces se conecta el extremo del intestino delgado (el íleon) a un estoma en la piel, lo que se llama una ileostomía. Una bolsa de recolección removible se conecta al estoma para almacenar los desechos. Una vez que usted se sienta mejor, se realizará otra operación (conocida como colostomía inversa o ileostomía inversa) para adherir nuevamente los extremos del colon o para adherir el íleon al colon. En raras ocasiones, si no se puede extirpar un tumor o colocar un tubo (stent), es posible que necesite una colostomía o una ileostomía permanente.

Colectomía asistida por laparoscopia: este método más nuevo que se emplea para remover parte del colon y los ganglios linfáticos adyacentes puede ser una opción para algunos cánceres en etapas iniciales. En lugar de hacer una incisión grande en el abdomen, el cirujano hace varias incisiones más pequeñas. Luego se insertan instrumentos largos y especiales a través de estas incisiones para extirpar parte del colon y los ganglios. Uno de los instrumentos, llamado laparoscopio, tiene una pequeña cámara de video en el extremo, lo que permite que el cirujano pueda observar dentro del abdomen. Una vez que la parte del colon enferma ha sido liberada, se agranda una de las incisiones para que esta parte pueda ser removida.

Este tipo de operación requiere el mismo tipo de preparación antes de ser realizada y el mismo tipo de anestesia que una colectomía abierta.

Debido a que las incisiones son más pequeñas que las que se hacen en una colectomía abierta, la recuperación de los pacientes dura ligeramente menos y presentan menos dolor en comparación con la del colon convencional.

La cirugía laparoscópica es probablemente tan curativa como el método abierto para los cánceres de colon. Sin embargo, esta técnica requiere especialización. Si está considerando este método, asegúrese de buscar un cirujano adiestrado que haya practicado muchas de estas operaciones.

Polipectomía y escisión local: es posible extirpar algunos cánceres de colon en sus etapas iniciales (etapa 0 y algunos tumores en la etapa inicial I), o pólipos, mediante un procedimiento a través de un colonoscopio. Cuando esto se realiza, el cirujano no tiene que hacer un corte en el abdomen. En una polipectomía la parte afectada se remueve como parte del pólipo, la cual se corta en su tallo (el área que se parece al tallo de un hongo). La escisión local extirpa los tumores superficiales y una pequeña cantidad del tejido vecino.

Cirugía del recto

Normalmente es el tratamiento principal para esta enfermedad de recto, aunque la radiación y la quimioterapia a menudo con administradas antes o después del procedimiento quirúrgico. Se pueden emplear varios métodos para remover o destruir los cánceres de recto.

Polipectomía y escisión local: estos procedimientos, descritos en la sección sobre la cirugía del colon, se pueden emplear para remover cánceres superficiales o pólipos. Se hacen con instrumentos que se introducen a través del ano, sin necesidad de hacer una incisión quirúrgica en la piel del abdomen.

Resección transanal local (resección del grosor total de la pared del recto): al igual que en la polipectomía y en la escisión local, la resección transanal local (también conocida como escisión transanal) se hace con instrumentos que se introducen a través del ano, sin necesidad de hacer una incisión quirúrgica en la piel del abdomen. Este procedimiento se puede usar para remover algunos cánceres de recto en etapa I T1 N0 M0 que son relativamente pequeños y que no están muy distantes del ano. Por lo general, este procedimiento se hace con anestesia local (medicamento que reduce la sensibilidad), pero usted no está dormido durante la operación.

Microcirugía endoscópica transanal: esta operación algunas veces se puede usar en los cánceres en etapa I T1 N0 M0 que se encuentran más arriba en el recto de lo que podría alcanzarse usando la resección transanal convencional. Se coloca un telescopio con lentes de ampliación especialmente diseñado a través del ano y hacia el recto que permite al cirujano realizar una resección transanal con gran precisión y exactitud. Esta operación sólo se hace en ciertos centros, ya que requiere de un equipo especial y cirujanos que tengan experiencia y capacitación especial.

Resección anterior baja: algunos cánceres rectales en etapa I y la mayoría en etapa II o III en el tercio superior del recto (cerca de donde se conecta con el colon) pueden ser extirpados mediante esta técnica. En esta operación, se remueve la parte del recto que contiene el tumor sin afectar el ano. Luego el colon se adhiere a la parte remanente del recto para que después de la intervención usted pueda evacuar de la manera usual.

Una resección anterior baja es parecida a la mayoría de las operaciones abdominales. Es muy probable que le pidan administrarse laxantes y enemas antes del procedimiento para limpiar completamente los intestinos. Además, se le administrará anestesia general justo antes, lo que le pondrá a dormir profundamente. El cirujano hace una incisión en el abdomen, luego extirpa el área afectada y un margen de piel normal de cualquier lado de ésta, junto con ganglios linfáticos cercanos, así como tejido graso y fibroso alrededor del recto. Entonces, el colon se une otra vez al recto remanente, por lo que una colostomía no es necesaria. Si se administró radiación y quimioterapia antes de este procedimiento, usualmente se hace una ileostomía temporal (en la que se trae la parte final del intestino delgado, el íleon, a través de un orificio en la pared abdominal). Por lo general, esto se puede revertir (se reconectan los intestinos) en aproximadamente 8 semanas.

La estadía usual en el hospital en el caso de la resección anterior baja es de 4 a 7 días dependiendo de su estado de salud general. El periodo de recuperación en la casa puede ser de 3 a 6 semanas.

Proctectomía con anastomosis coloanal: algunos cánceres de recto en etapa I y la mayoría de los cánceres en etapa II y III que se encuentran en el tercio medio e inferior del recto requerirán la extirpación de todo el recto (proctectomía). El colon es entonces conectado al ano (anastomosis coloanal). Se requiere la remoción del recto para realizar una escisión mesorectal total, la cual se necesita para extirpar todos los ganglios linfáticos cercanos al recto. Éste es un procedimiento más difícil de llevar a cabo, aunque las técnicas modernas han hecho que sea posible realizarlo.

Algunas veces, cuando se realiza la anastomosis coloanal, se confecciona una pequeña bolsa doblando hacia atrás un segmento pequeño del colon (saco colónico en forma de J) o agrandando un segmento colónico (coloplastia). Entonces este pequeño reservorio del colon funciona como un espacio de almacenamiento de materia fecal como el recto lo hacía antes de la intervención quirúrgica. Cuando se necesitan técnicas especiales para prevenir una colostomía permanente, es posible que se requiera una ileostomía temporal por alrededor de ocho semanas mientras se cura el intestino. Luego, una segunda operación se lleva a cabo para reconectar los intestinos y cerrar la abertura de la ileostomía.

Esta operación requiere anestesia general (usted estará dormido). La estadía usual en el hospital por una anastomosis coloanal, al igual que la resección anterior baja, es de cuatro a siete días dependiendo de su estado de salud general. El periodo de recuperación en la casa puede ser de 3 a 6 semanas.

Resección abdominoperineal (AP): esta operación es más compleja que la resección anterior baja. Se puede emplear para tratar algunos cánceres en etapa I y muchos de los cánceres rectales en etapa II o III en el tercio inferior del recto (la parte más cercana al ano), especialmente si el cáncer ha crecido hacia el músculo del esfínter (el músculo que mantiene el ano cerrado y previene el escape de las heces fecales).

En este procedimiento, el cirujano hace una incisión en el abdomen y otra en el área perineal que rodea el ano. Esta incisión permite que el cirujano extirpe el ano y los tejidos alrededor de éste, incluyendo el músculo del esfínter. Debido a que se extirpa el ano, usted necesitará una colostomía permanente para permitir la salida de las heces fecales del cuerpo.

Esta operación requiere anestesia general (usted estará dormido). Al igual que la resección anterior baja o la anastomosis coloanal, la estadía usual en el hospital en el caso de la resección abdominoperineal es de 4 a 7 días dependiendo de su estado de salud general. El periodo de recuperación en la casa puede ser de 3 a 6 semanas.

Exenteración pélvica: si la enfermedad está creciendo hacia los órganos adyacentes, puede ser recomendable una exenteración pélvica. Ésta es una intervención compleja, el cirujano no sólo extirpará el recto, sino también los órganos vecinos como la vejiga, la próstata (en hombres) o el útero (en mujeres), cuando las células cancerígenas se hayan propagado a estos órganos. Usted necesitará una colostomía después de esta intervención. Si se extirpa la vejiga, será necesario realizarle una urostomía (abertura para la salida de la orina por la parte frontal del abdomen la que se deposita en una bolsa portátil).

Efectos secundarios de la cirugía colorrectal

Los efectos secundarios potenciales dependen de varios factores, incluyendo la extensión de la operación y la salud general de la persona antes del procedimiento. La mayoría de la gente experimentará algo de dolor tras ésta, pero usualmente se puede controlar con medicina. Por lo general, los problemas de alimentación se resuelven dentro de varios días después.

Además se pueden presentar otros problemas, como sangrado, coágulos sanguíneos en las piernas y daños a los órganos cercanos durante la operación. En raras ocasiones, las conexiones nuevas que se hacen entre los extremos de los intestinos pueden no mantenerse completamente unidas y tener fugas, lo que pueda causar infecciones. También es posible que la incisión abdominal se abra causando una herida abierta. Después de la cirugía, usted pudiera presentar tejido cicatricial en el abdomen que puede causar que órganos o tejidos se adhieran entre sí, denominados adherencias. En algunos casos, las adherencias pueden bloquear el intestino, lo que requeriría una operación adicional.

Colostomía o ileostomía: algunas personas pueden necesitar una colostomía temporal o permanente (o ileostomía) después de la operación, lo que puede tomar un tiempo para acostumbrarse y requiere ciertos ajustes en el estilo de vida. Si se le hizo una colostomía o una ileostomía, usted necesitará ayuda para aprender cómo manejarla. Las enfermeras especialmente capacitadas en ostomías o los terapeutas enterosomales pueden hacer esto. Por lo general, estos profesionales de la salud le visitarán en el hospital antes de la operación para discutir la ostomía y marcar el lugar de la abertura. Después de la operación, puede que le visiten en su casa o en un lugar de tipo ambulatorio para proveerle más capacitación.

La función sexual y la fertilidad después de la cirugía colorrectal: si usted es hombre, una resección abdominoperineal puede impedir sus erecciones o la capacidad de llegar al orgasmo. En otros casos, puede que el placer sea menos intenso. El envejecimiento normal puede ocasionar algunos de estos cambios, pero éstos pueden empeorar debido a la intervención quirúrgica.

Una resección abdominoperineal puede causar daño a los nervios que controlan la eyaculación, provocando orgasmos “secos” (sin semen). Algunas veces la operación causa eyaculación retrógrada, lo cual significa que el semen fluye hacia atrás, hacia la vejiga durante un orgasmo. Esta diferencia es importante si usted quiere tener hijos. La eyaculación retrógrada es menos grave, ya que los especialistas en infertilidad a menudo pueden recuperar las células espermáticas de la orina, las cuales se pueden usar luego para fertilizar un óvulo. Si no se pueden recuperar las células del semen o de la orina, es posible que los especialistas puedan extraerlas directamente de los testículos mediante una intervención quirúrgica menor, y luego usarlas para la fertilización in vitro.

Si usted es mujer, esta operación (excepto exenteración pélvica) usualmente no causa ninguna pérdida de las funciones sexuales. Las adherencias abdominales (tejido cicatricial) algunas veces pueden causar dolor o molestia durante el acto sexual. Si el útero es extirpado, el embarazo ya no sería posible.

Una colostomía puede tener un impacto en su imagen corporal y en el nivel de armonía sexual tanto en hombres como en mujeres. Aunque puede que se requieran ciertos cambios, no debe impedir que disfrute de su vida sexual.

Cirugía y otros tratamientos locales para las metástasis de cáncer colorrectal

Algunas veces, la operación para extraer la enfermedad que se ha propagado (metástasis) a otros órganos puede ayudarle a vivir por más tiempo o, dependiendo de la extensión de ésta, puede incluso curarle. Si solamente un pequeño número de metástasis está presente en el hígado o los pulmones (y en ningún otro lugar), algunas veces se puede extirpar mediante una intervención quirúrgica, lo que dependerá del tamaño, el número y la localización.

En algunos casos, si no es posible extirpar los tumores mediante la operación, se pueden usar tratamientos no quirúrgicos para destruir (extirpar) los tumores en el hígado. Sin embargo, hay menos probabilidades de que estos métodos sean curativos. Para ello, se pueden emplear otras técnicas.

Ablación por radiofrecuencia: esta técnica utiliza ondas radiales de alta energía para destruir los tumores. Una sonda delgada parecida a una aguja se coloca en éste a través de la piel utilizando como guía una tomografía o una ecografía. Entonces se pasa una corriente eléctrica a través del extremo de la sonda, lo que libera ondas radiales de alta frecuencia que calienta la zona afectada y destruye las células cancerosas.

Ablación con etanol (alcohol): en este procedimiento, también conocido como inyección percutánea de etanol, se inyecta alcohol concentrado directamente en el tumor para destruir las células cancerosas. Esto usualmente se hace a través de la piel usando una aguja que es guiada por ecografía o tomografías computarizadas.

Criocirugía (crioterapia): la criocirugía destruye un tumor mediante congelación con una sonda de metal, la sonda es guiada por la piel hasta alcanzarlo usando una ecografía. Luego se pasan gases muy fríos a través de la sonda para congelarlo, lo que destruye las células cancerosas. En comparación con otras técnicas de ablación, este método puede tratar tumores más grandes, pero a veces requiere de anestesia general (usted estará dormido).

Puesto que estos tres tratamientos usualmente no requieren una intervención quirúrgica para extraer cualquier tejido del hígado del paciente, a menudo son excelentes alternativas para los pacientes cuya enfermedad no se puede curar con una intervención quirúrgica o que no pueden someterse a ésta debido a otras razones.

Embolización de la arteria hepática: algunas veces, ésta es otra opción para los tumores que no se pueden extirpar. Esta técnica se usa para reducir el suministro de sangre en la arteria hepática, la cual alimenta a la mayoría de las células cancerosas en el hígado. Esto se hace mediante la inyección de materiales que tapan la arteria. La mayoría de las células del hígado sanas no serán afectadas debido a que obtienen el suministro sanguíneo de la vena portal.

Para este procedimiento, el médico coloca un catéter en una arteria de la parte interna del muslo y lo conecta hasta el hígado. Por lo general, en este momento se inyecta un tinte en el torrente sanguíneo para permitir al médico vigilar el paso del catéter mediante angiografía, un tipo especial de radiografía. Una vez que se coloca, se inyectan pequeñas partículas en la arteria para taparla.

La embolización también reduce en algo el suministro de sangre al tejido normal del hígado. Esto puede ser peligroso para los pacientes con enfermedades como la hepatitis y la cirrosis, en quienes la función del hígado ya se ha reducido.


Fuente: Sociedad Americana Contra el Cáncer

http://www.cancer.org/espanol/cancer/colonyrecto/guiadetallada/cancer-colorrectal-treating-surgery


Creado: 2019-02-05 09:22:34
Última vez actualizado: 2023-08-21 13:18:56